DESCARGA IX: Despedidas
y reencuentros.
DESCARGA: La “descarga” es una expresión espontanea, informal, un desahogo, un dejar fluir emociones o ideas.
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Foto de Jorge Bonet |
En verdad no volveremos a encontrarnos. Es imposible. Ya
somos otros. Más lúcidos, más necios, más gordos, más viejos, más intolerantes,
más generosos, mas calvos, mas algo, más otros. Tenemos otros sabores, otras nostalgias, otros
miedos, otras audacias, otros recuerdos, otras ansias y en fin otra vida.
Podremos encontrarnos, pero no reencontrarnos. Podemos compartir pero no
revivir. Los momentos perdidos ya lo estarán eternamente. Los momentos vividos serán
para siempre nuestra vida. No hay “remake”,
no hay “deshacer”, la suerte está echada. Siempre fue así, pero entonces éramos
necios y nos creíamos eternos, podíamos con todo, los dioses nos quedaban
pendejos. Estuvo bueno eso.
No voy, muchacha, a buscar tu piel fresca, aquella mirada
llena de candor. Voy aceptarte como vengas, voy a abrazar la amiga que será, no
la que fue, aquella se escapó por la rendija de los días, por el delirio de los
instantes. Habrá que descubrirte. No trates de guardar imagen porque no hay
imagen. No trates de mostrarte pudorosa porque no hay pudor. Llegarás y habrá
que descubrirte.
Hermanos de entonces, no se esfuercen, solo aparezcan;
con ustedes llegará el resplandor de lo que fuimos y el chorro de vida en que
aun andamos, cada cual con su chorro, seamos sinceros: cada ser con sus
fantasmas y sus ganas, cada quien con sus deudas y fracasos, cada cual con sus
encantos y su gloria, cada quien con cada quien, así de simple. Si nos
desencontramos en el andar de los días ya no importa. En alguna mesa
compartimos un té, en alguna esquina compartimos un sueño, en alguna tarde
miramos el mismo mar. Y más discretamente, alguna ocasión, compartimos la misma
muchacha o ella nos compartió, quien sabe.
No hay nostalgia sino vestigios. Esto que somos tiene de
aquellas calles, de aquellos días, de aquellos sueños y lo más simpático es que
habrá un mañana donde gravitará esta distancia. Hoy somos la distancia que
mañana será otra cosa. Quién sabe qué centrífuga de vida nos disparó por el
mundo (creo que más allá del viejo y de su barba, había en nosotros un afán de
perdernos y encontrarnos), quien sabe que destino estaba escrito para que pudiéramos
deshacernos y rearmarnos.
A todos, en la medida y en la forma de cada quien, un abrazo. No de reencuentro ni
de despedida, un abrazo, uno porque si y punto.