martes, 8 de abril de 2014

DESCARGA IX: Despedidas y reencuentros.

DESCARGA: La “descarga” es una expresión espontanea, informal, un desahogo, un dejar  fluir emociones o ideas.

Foto de Jorge Bonet
En verdad no volveremos a encontrarnos. Es imposible. Ya somos otros. Más lúcidos, más necios, más gordos, más viejos, más intolerantes, más generosos, mas calvos, mas algo, más otros.  Tenemos otros sabores, otras nostalgias, otros miedos, otras audacias, otros recuerdos, otras ansias y en fin otra vida. Podremos encontrarnos, pero no reencontrarnos. Podemos compartir pero no revivir. Los momentos perdidos ya lo estarán eternamente. Los momentos vividos serán para siempre  nuestra vida. No hay “remake”, no hay “deshacer”, la suerte está echada. Siempre fue así, pero entonces éramos necios y nos creíamos eternos, podíamos con todo, los dioses nos quedaban pendejos. Estuvo bueno eso.

No voy, muchacha, a buscar tu piel fresca, aquella mirada llena de candor. Voy aceptarte como vengas, voy a abrazar la amiga que será, no la que fue, aquella se escapó por la rendija de los días, por el delirio de los instantes. Habrá que descubrirte. No trates de guardar imagen porque no hay imagen. No trates de mostrarte pudorosa porque no hay pudor. Llegarás y habrá que descubrirte.

Hermanos de entonces, no se esfuercen, solo aparezcan; con ustedes llegará el resplandor de lo que fuimos y el chorro de vida en que aun andamos, cada cual con su chorro, seamos sinceros: cada ser con sus fantasmas y sus ganas, cada quien con sus deudas y fracasos, cada cual con sus encantos y su gloria, cada quien con cada quien, así de simple. Si nos desencontramos en el andar de los días ya no importa. En alguna mesa compartimos un té, en alguna esquina compartimos un sueño, en alguna tarde miramos el mismo mar. Y más discretamente, alguna ocasión, compartimos la misma muchacha o ella nos compartió, quien sabe.

No hay nostalgia sino vestigios. Esto que somos tiene de aquellas calles, de aquellos días, de aquellos sueños y lo más simpático es que habrá un mañana donde gravitará esta distancia. Hoy somos la distancia que mañana será otra cosa. Quién sabe qué centrífuga de vida nos disparó por el mundo (creo que más allá del viejo y de su barba, había en nosotros un afán de perdernos y encontrarnos), quien sabe que destino estaba escrito para que pudiéramos deshacernos y rearmarnos.


A todos, en la medida y en la forma  de cada quien, un abrazo. No de reencuentro ni de despedida, un abrazo, uno porque si y punto.  

1 comentario:

Anónimo dijo...

zoiles andReconozco el lugar; donde había un espejo que nos reflejaba a todos, ahora hay un televisor. Y el piano...? Nostálgico pero firme resumen de un tiempo que fue y nos recuerda a través de tus palabras.
Cristina