domingo, 8 de septiembre de 2013

Descarga IV: De los migrantes.

DESCARGA: La “descarga” es una expresión espontanea, informal, un desahogo, un dejar fluir emociones o ideas.

Algún día de esos muchos días del migrante, te descubres en un velorio llorando un muerto. Ese raro día en que te toca sembrar en un cementerio que consideras lejano a un amigo de esos conocidos por allá por esas tierras que amas pero no consideras aun tu patria, te das cuenta que ya eres de ahí. No importa lo que diga tu pasaporte. No importa lo que pregones. No importa lo que crean tus vecinos. Un pedazo de ti ya se pegó a esa tierra. Ellos, los de allí, aunque quizás no lo digan y ni siquiera se lo digan a si mismos, también se darán cuenta al ver la lagrima de que que no hay remedio.

La fragilidad de una lágrima te revela cuando te has puesto enraizado en ese lugar. Y si cometes la imprudencia de imaginar que puedes regresar a tu patria, a tu ciudad, a tu barrio, a los frijoles de la abuela, descubrirás que ya en tu vida hay otras ciudades, otras calles, otras casas otros sabores que también son objeto de nostalgia. Eres un hombre entonces del mundo si lo quieres decir bonito o una cabrón condenado a la nostalgia si quieres echártelo a la cara sin remilgos, porque no se puede tener más de una patria  y estar en todas a la vez. 


Un día en que no vengas de un entierro podrás mirarlo con otros ojos.  Podrás pensar que tienes más sabores, mas lugares, mas amigos, mas patrias. Podrás pensar que tu mundo es más ancho o que tienes el corazón más grande y por eso te caben en el todos los amores sin que ninguno estorbe al otro. Pero hoy vienes de un entierro y acabas de descubrir que tu vida también se hizo aquí. Acabas de saberte parte de este mundo y eso te sobresalta sin saber por qué.

viernes, 6 de septiembre de 2013

VII



Cuando cruces el abismo
daña el puente, daña, daña…
rompe sin furia y sin saña,
di “no hay regreso” tú mismo.
Sentirás como que un sismo
te deja solo y sin piso,
sentirás como un aviso
de la muerte y de la vida,
sentirás como una herida
y te verás de improviso.

IX

El camino es circular
y tiene un  algo de abismo.
Ya tú  no eres el mismo
como no lo es  el lugar.
Entonces, el regresar
termina siendo pues nada,
un consuelo, una bobada
que no sana ni es razón.
El regreso es la ilusión
de quien no tiene más nada.