domingo, 8 de noviembre de 2009

Dos Poemas

FRAGILIDADES



I
De pronto
la muerte es una aliada.
Un angel que te hace ver
que aun tienes ojos


II
Una bocanada de aire.
Una basta
nadie respira dos
a un mismo tiempo


III
Un caricia
aun tenue
no importa cómo ni de quien
una
ahora

IV
sentir
que resististe el golpe

y duele

pero pasa.





2

Ningún camino tuvo retorno.

El retorno mismo es
una ilusión,
un deseo,
un imposible.

miércoles, 14 de octubre de 2009

Dos poemas.

I

No dijo virgo o sagitario
sino cáncer
y lo dijo con el descaro
con que los médicos hablan de la muerte.

Dijo cáncer
como si no fuesen mi cuero
mi vida
y mis miedos.

Lo dijo
sencillamente lo dijo
y yo
lo escuché

sencillamente

para emprender la ruta de papeles
y quirófanos,
de burócratas y médicos
que a veces confundo.

“Eso se soluciona"- dijo
se soluciona
por un tiempo
hasta que un auto
una bala
un infarto
o un recuerdo
nos manden a la tumba.


III

Íbamos a ser como el Ché
pero de él
no supimos mucho:
una foto
unos diarios

...algunas afirmaciones en voz baja

y después

preguntas.


Íbamos a ser como él
y al final
también nos fuimos
a morir en otra parte.

domingo, 11 de octubre de 2009

CARTA ABIERTA A NATASHA.

Nata:
A pesar de tu nombre nunca te asocié con una heroína rusa, tal vez porque nos conocimos en la Casa del Té de la Habana Vieja. Entonces éramos unos loquitos felices dispuestos a comernos al mundo. La casa del té era un templo donde íbamos a expresar nuestra devoción por la vida. Así de solemnes o patéticos, así de bohemios o ridículos, así de felices. A estas alturas de la vida no se si esa es la Casa de Té que fue o o si es la que me he ido inventando con el tiempo y la nostalgia. Era no más salir del trabajo (o volarse) llegar a la casona y pedír la infusión.

No recuerdo cuando fue la primera vez que vi una obra de orfebrería hecha por ti.En esa época El máquina era nuestro ídolo. Nos deslumbraban los anillos y pulseras que hacía calentando el oro y la plata en una estufa de “luz brillante”. Por cierto, no he encontrado ese combustible en ningún otro lugar donde he estado, ¿somos los cubanos los únicos en usar “luz brillante”? En cambio recuerdo tus manos con esas pulseras. Unos antebrazos ubicuos e intemporales, no se dónde, no se cuando, como en un primer plano de cine. Ver las imágenes que pusiste en la web fue ver tus brazos y con esa imagen llegar otra vez a aquellos días en la habana de entonces.

Esta carta la hago pública y no privada como debía ser porque en el fondo no es solo para ti. Es para todos los amigos de entonces, de los que nos despedimos sin saber cómo ni cuando. Estábamos tan ocupados en vivir (o en sobrevivir) que no nos dijimos tantas cosas buenas que pensábamos. Ahora ya no nos encontramos en La Habana, sino en La Web. En estas páginas los saludos no son de besos, en las despedidas no se palmea la espalda, nadie a escondidas le hecha a uno jengibre bien picante en el té, Alexis no manda abrazos sino abracos, Arturo aparece en Londres con su misma cara de Arturo, Carrigán desde Canadá tiene una cara de tipo serio que a uno casi olvida la clase de jodedor que es, a Sariego le dio por ser papá y a Chago por su blog. Sanfield, Moya, Lázaro, Sandra, Perla, Rafa, Yohana –y todos los demás que harían un listado largísimo- aparecen de vez en cuando para alegrarnos las entradas a internet. De otros no sabemos, ¿dónde están?

Para todos unos abrazos apachurrantes y gracias por lo que compartimos, gracias por aparecer. A cada cual con su arte y con sus dones: gracias. Les agradezco lo mucho que me regalaron. A ti Nata, felicitaciones por esas piezas tan pulidas que me funcionaron como una máquina del tiempo. Aunque suene melodramático como todo en esta carta tengo que decirles que La Habana es menos La Habana sin ustedes. La última vez que fui a Cuba llevé mi hija a Don Giovanni y fue un fracaso. Quizás andar de la mano con una hija quinceañera ya era suficiente evidencia de que demasiado tiempo ha pasado y no supe leerlo a tiempo.

Hoy, desde Los Andes, con un gorrión del carajo, les digo que son parte de mis nostalgias y de mis alegrías. Pongan el la web sus noticias, sus obras, sus comentarios, cualquier cosa, cuando puedan, cuando quieran, déjense ver... por ello les estaré agradecido



Camacho

domingo, 19 de julio de 2009

PORTABALES.

Recién llegado a Colombia me invitaron a una fiesta. Los anfitriones, en un gesto de deferencia pusieron una canción para mí. Yo escuché con atención y dije algo así: “canta bien ese hombre, ¿quién es?” La carcajada fue unánime. Me anoté el mejor chiste de la noche. Solo que no era un chiste. En la cabeza de ellos no cabía que yo pudiera no conocer a Guillermo Portabales y en mi cabeza Portabales no estaba. Ese fue el inicio de una cadena de sorpresas. Si yo conocía de la existencia de la orquesta Casino de la playa, aquí cualquier hijo de vecino habla de esa orquesta músico por músico. Toda esa pléyade de fabulosos músicos cubanos de los años 50 del siglo XX tiene aquí un público devoto. Ah vergüenzas las que pasé.

La única estrategia posible fue asumir la verdad y declararme ignorante y discípulo en esa materia. Y ellos, con esa generosidad desbordante del colombiano promedio, se aplicaron a enseñarme. Desde entonces colecciono amigos melómanos. Pero no se trata de que nuestra música sea apreciada por un grupo selecto de personas, sino que es un patrimonio de de toda una comunidad.

Para ilustrar lo anterior me permito otras anécdotas: Una madrugada, en un pueblo del norte del departamento de Cauca (que a su vez es el extremo sur de valle geográfico del río Cauca) conocido como Santander de Quilichao, unos vecinos compartían un asado al borde de la quebrada que atraviesa la ciudad y bebía y bailaban. La verdad es que no me dejaban dormir, porque en ese silencio de la noche se escucha como si uno estuviera en medio de la fiesta. Como a las dos de la mañana pusieron la canción más aclamada, esa que arranca exclamaciones, que pone a todos a bailar. El Carretero por Guillermo Portabales.

Esa es una canción que aquí, a las personas de mas de 30 años les trae recuerdos, les alegra la vida, les emociona. Confieso que esa canción me gusta; pero se que nunca va a significar para mi lo que significa para un colombiano del Valle del Cauca. En Cuba, solo el bueno de René, mi exsuegro, me dijo: Ahh, sí, él es de Cienfuegos, inventó la guajira de salón”. Nadie más que yo conozca. En Colombia en cambio su cd lo venden los “piratas”, cosa que habla del nivel de aficionados con que cuenta.

En mi generación, ser guajiro era algo así como una vergüenza. Y en esa vergüenza olvidamos una zona fabulosa de la música cubana. Envidia me da ver a los colombianos pedir en una fiesta que les ponga musica de “guateque”. He perdido la cuenta de los bares que he encontrado con el nombre de “Mi bohío” y las discotecas con el nombre de “Changó”.

Bueno, todo esto que les cuento fue motivado por una canción en la radio. La radio colombiana trasmite las conciones de Portables como si fueran parte de un cd recien lanzado. Entonces tal vez lo mejor sea invitarlos a escuchar a este gran musico cubano aunque, tal vez, ese estribillo que dice: “..cuando llegaré, cuando llegaré el bohío..” los llene de nostalgia.

http://www.youtube.com/watch?v=DNbn2Ca935I
Una versión: http://www.youtube.com/watch?v=125jGVOWxN4
Al vaiven de mi carreta: http://www.youtube.com/watch?v=Dat8FA6z45Y&feature=PlayList&p=830212BBC5877673&playnext=1&playnext_from=PL&index=19