Por corrección social, mínima educación, debía decir
estoy harto de escuchar hablar del tema del embargo o bloqueo económico de
Estados Unidos a Cuba, pero eso sería un eufemismo, resultaría impreciso y al
final poco honesto. La verdad es que estoy hasta el forro de los cojones de ese
tema. Me aburre, me fastidia, me incomoda que se le de tanta importancia a un
asunto que en verdad ya resulta intrascendente. Ni las dificultades económicas que
atraviesan los cubanos de la isla se derivan del susodicho embargo o bloqueo
(cada quien que nombre como le venga en ganas, pues sabemos de qué fenómeno
hablamos) ni su existencia contribuye a la caída de los hermanos Castro.
Perdón, Los hermanos Castro era una
orquesta cubana de los años 50 buenísima, así que para hablar del clan que
desde hace más de medio siglo gobierna a Cuba debo buscar otro termino. Y es
una jodedera porque si digo Raúl Castro, pues la verdad es que no gobierna
solo, si digo Fidel Castro, la verdad es que ya no maneja todo el poder, la
solución sería decir “los hermanos” pero no, la orquesta no merece esa confusión.
Entonces voy a decir “El gobierno cubano”.
Bueno decía que si en cincuenta años el embargo-bloqueo-joda-esa no ha asfixiado
al gobierno cubano debe ser porque esa vaina “aprieta, pero no ahorca”.
Es más, uno ve al gobierno cubano muy cómodo con esa
argolla. Que no hay comida, pues culpa del bloqueo, aunque a pesar del “bloqueo”
Cuba al día de hoy compre un motón de comida en EU; si no hay petróleo: el bloqueo. No funcionan
los teléfonos: el bloqueo. Con esa situación justifican todo. Creo que sin un
vecino tiene disfunción eréctil no faltará quien diga que es culpa del bloqueo.
Es además una causa presentable ante el mundo. Que se reprima a las damas de
blanco no es presentable, por eso no habla de las aviesas mujeres (“puñeteras” diría Israel, del duo Buena Fe) que
desfilan con gladiolos, sino del bloqueo.
En la otra orilla defienden el “embargo” como si fuera un
arma infalible, como si en 50 años hubiese logrado un solo objetivo. Lo defienden
con pasión y con rabia. Razones tendrán. Pero en verdad no veo la trascendencia
del tema en la vida de la Cuba de hoy. Lo repito, las vicisitudes que padecen
los que viven en Cuba se deben a un modelo económico que no funciona, un modelo
que no considera “la política como una expresión concentrada de la economía”
como aseveraba Marx sino a la economía como “una expresión concentrada de la política”
como practica Fidel. Del Cordón de la Habana a la Moringa, pasando por la zafra
de los 10 millones y Ubre Blanca hay una
gruesa cadena de desaciertos.
En esencia, creo que el gobierno cubano sustenta su poder
justificándose en “el enemigo” norteamericano y un grupo de cubanos tiene poder
político en la Florida sustentándose en la oposición a Castro. En fin, hay un
poco de políticos que mantienen su estatus con la polarización política y el
bloqueo es un excelente instrumento de esa polarización. Con el cabrón embargo
o bloqueo nos entretienen mientras ellos, los politiqueros (unos en La Habana y
otros en La Florida) disfrutan el poder.
Ese tema, el bloqueo o embargo, es un asunto menor, que
tiene “su física y su química”, pero no tanta enjundia ni tanta importancia
como para que nos lo presenten sistemáticamente como un asunto trascendente
para la nación. Es una manifestación más de la situación existente. No causa ni
pilar. Por lo tanto no voy a tomarme en serio a nadie que venga a hablarme del
tema. Estoy, ya lo dije, hasta el forro de los cojones de las distorsiones que
el asunto arrastra.