DESCARGA: La “descarga” es una expresión espontanea, informal, un desahogo, un dejar fluir emociones o ideas.
Algún día de esos muchos días del
migrante, te descubres en un velorio llorando un muerto. Ese raro día en que te
toca sembrar en un cementerio que consideras lejano a un amigo de esos
conocidos por allá por esas tierras que amas pero no consideras aun tu patria,
te das cuenta que ya eres de ahí. No importa lo que diga tu pasaporte. No importa
lo que pregones. No importa lo que crean tus vecinos. Un pedazo de ti ya se
pegó a esa tierra. Ellos, los de allí, aunque quizás no lo digan y ni siquiera se
lo digan a si mismos, también se darán cuenta al ver la lagrima de que que
no hay remedio.
La fragilidad de una lágrima te
revela cuando te has puesto enraizado en ese lugar. Y si cometes la imprudencia
de imaginar que puedes regresar a tu patria, a tu ciudad, a tu barrio, a los frijoles
de la abuela, descubrirás que ya en tu vida hay otras ciudades, otras calles,
otras casas otros sabores que también son objeto de nostalgia. Eres un hombre
entonces del mundo si lo quieres decir bonito o una cabrón condenado a la
nostalgia si quieres echártelo a la cara sin remilgos, porque no se puede tener
más de una patria y estar en todas a la
vez.
Un día en que no vengas de un
entierro podrás mirarlo con otros ojos. Podrás
pensar que tienes más sabores, mas lugares, mas amigos, mas patrias. Podrás
pensar que tu mundo es más ancho o que tienes el corazón más grande y por eso
te caben en el todos los amores sin que ninguno estorbe al otro. Pero hoy
vienes de un entierro y acabas de descubrir que tu vida también se hizo aquí.
Acabas de saberte parte de este mundo y eso te sobresalta sin saber por qué.