Déjame caer
en todas las tentaciones que se atraviesen.
Déjame caer.
En cualquier caso
no serán
“las caídas ondas de los Cristos del alma”
sino
caídas
simples caídas.
Déjame.
Que no me salve.
Salvarse
puede ser
la perdición.
sábado, 23 de octubre de 2010
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